CALIDAD ECOLÓGICA
En El Castillo de Tequila nos encanta el movimiento y la transición. Adoptamos el giro hacia la sostenibilidad como parte de los valores que contribuyen en la mejora de nuestros procesos, productos y propósitos.
Nuestro compromiso por la calidad ecológica se encamina al cumplimiento de los objetivos 13 y 15 de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.
Las acciones por el clima que estamos realizando en escala local, en terrenos ubicados en las demarcaciones municipales de El Arenal y en Amatitán, Jalisco, se relacionan con la reducción de nuestra huella ecológica. Entre las acciones está la transición agroecológica en el manejo de nuestras plantaciones con la finalidad de reducir la emisión de CO2, dado que una parte de los bioinsumos son elaborados por nuestra cuadrilla de trabajadores en campo.
Los efectos benéficos de transitar hacia el uso de bioinsumos agrícolas en lugar de productos químicos, beneficia nuestras plantaciones, nuestras tierras, el ecosistema y redunda en beneficios para nuestros vecinos y paisanos.
Evitamos la contaminación ambiental derivada de un inadecuado manejo de residuos, con capacitación y la correcta disposición final de los envases de agroquímicos -del porcentaje que todavía se utilizan-.
Nuestro compromiso por la vida de los ecosistemas terrestres se concretiza en:
- Reforestación. Ante el crecimiento de la agroindustria tequilera es importante que el giro a la sostenibilidad se convierta en una suerte de filosofía para “salvar el ecosistema de nosotros mismos”, esto es, de prácticas que no contribuyen a garantizar iguales o mejores condiciones para las siguientes generaciones.
Ante las afectaciones pasadas en la cobertura vegetal, la disminución de las superficies arbóreas con las consecuentes perturbaciones en las poblaciones de flora y fauna silvestre, y la fragmentación de hábitats que entre provoca pérdida de conectividad ecológica, asumimos el compromiso de restaurar los corredores de vegetación.
- Lucha por la desertificación mediante el manejo integrado de arvenses, evitando dejar desnudos los suelos entre los surcos de agave, lo cual implica, entre otras cosas, de la reducción al mínimo del uso de selladores.
- Detener la degradación de tierras con un plan de regeneración y restauración mediante la aplicación de biorremediadores, biorestauradores y biotransformadores.
- Detener la pérdida de biodiversidad. El agave es una planta respetuosa de flora y fauna con las cuales convive, interactúa y que también forman parte de su biorritmo y de su biomemoria. La sostenibilidad tiene como línea de partida ese respeto a otras formas de vida (microbianas, bacterianas, de insectos, aves, por ejemplo), pero asume un papel más activo cuando entiende la importancia de restablecer cadenas tróficas, así como del papel que juegan de los depredadores naturales como parte del control biológico de las plantaciones.